Hoy es un viernes de fracasos. Empecemos con un sobo. (San Jose Centro)

Amaneciste a su lado. No te atreves a tocarla. Creíste que era el amor de tu vida y siempre has creído que le has demostrado lo mejor de ti. Pero ella te mantiene a distancia y haces dos cosas: te masturbas y vienes a buscar otros torturados por el dolor, como tú.

Te acuerdas cuando la llenaste de sueños y fantasías para arrebatársela a un hombre infinitamente mejor que tú? Le ganaste a ese otro y te quedaste con la mujer que era la envidia del barrio por bella y por su excelente personalidad. Y todos decían que no entendían como es que ella había decidio perder su vida al lado de un individuo de poca monta como tú. Tú sí lo sabes: todos ellos tenían razón, pero eres un desvergonzado y ya ni siquiera te duele ser un fracasado.

Aquí te encuentras e intercambias material con obsesivos compulsivos que no pueden abandonar su proceso destructivo. Si llevas a cabo el encuentro y el acto, sales conociendo que te sientes mucho peor, pero llegas a casa y te imaginas el placer que te va a dar pasarle a ella el padecimiento. Vas a disfrutar acusarla de haberte sido infiel cuando los síntomas se le hagan presentes. Qué gran triunfo! Va a ser la victoria de un miserable envidioso y perdedor que va a poder arrastrar a su pareja hacia la cloaca aún más.

Tienes que cortar con esto hoy mismo. No vuelvas más; nunca más. Hay demasiadas cosas de bien que hacer en tu favor y de tu familia como para dedicarle tiempo a la decadencia de la ansiedad y el dolor. Has estado viviendo y generando tu propio infierno y ni siquiera te has muerto aún como para padecerlo.